Al éxito, a tus metas, a tus sueños, a tu felicidad, no les importa si dormiste bien, si estás deprimido, si tienes motivación.
No les importa si tuviste un mal día o sino que estás de ánimos para construir, para innovar.
Cuando tienes esa actitud negativa, ellos te observan y dicen: aquí viene (tal o cual) con las excusas.
Tus metas y objetivos solo aceptan de ti el trabajo duro, esfuerzo y sacrificio.
Es por eso que cuando no estás enfocado, ellos se alejan de ti.
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