¿Alguna vez pensaste qué harías si realmente fuera el último día de tu vida?
¿Con quién te gustaría estar?
¿Dónde te gustaría estar?
¿Qué te gustaría hacer, decir y comer?
¿Por qué esperar que la vida este a punto de terminar para hacerlo?
Sí crees que irías corriendo a decirle a tu pareja que la amas, abrazar a tu madre o jugar con tus hijos en el parque, ¿Qué estás esperando?
Mejor sería disfrutar cada día de tu vida como si fuera el último. Vive con la idea de que tienes "Cuerda para rato", pero siempre haciendo lo que deseas hoy.
Claro, porque esa sensación de inmortalidad lo único que logra es postergar para más adelante.
No dejes que la vida te pase tan rápido como un tren que no se detiene en ninguna estación. Mejor anda sin prisa y con pausas, admirando el paisaje, los regalos que te brinda la vida, las maravillas de este planeta, el amor de tus seres queridos y la felicidad de hacer lo que realmente te gusta.
"Hay que disfrutar la vida, porque en el cementerio no venden anís."
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