Podemos construir muros que detengan el enemigo, estrategia de conquista y armas forjadas por las manos del hombre, pero cuando oras ves lo que no se ve con la mirada física, las ventanas se abren y la tierra tiembla, pueden ser miles o millones en tu contra, pero el clamor de tu voz en oración es un trompete que llama a un ejército que no es terrenal, no sabrán como, ni por donde... No hay éxito o cumbre que no se alcance de rodillas, yo me hice capitán en la tormenta, pero me hice comandante de rodillas, por eso ora y obedece, aunque no quieras, no existirá muro que no caiga en pedazos delante de ti. De rodillas abre Dios y de pie frente ante hombre.
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